Los católicos suelen decir que creen en un dios pobre y humilde.
Pero como una imagen vale más que mil palabras ahí está la siguiente foto
tomada en la misa que celebró Benedicto XVI en las jornadas de la juventud
católica el pasado mes de agosto
En ella se puede observar como el papa y sus acólitos se
postran ante la custodia de Arfe de la catedral de Toledo, una obra megalómana
para un dios egocéntrico que contiene 8 kilos de oro puro, 183 kilos de plata,
además de esmaltes y piedras preciosas. Que bonito. Millones de jóvenes
católicos llenos de pasión cristiana viendo a su anciano jefe cubierto de brocados y arrodillado ante oro puro. No me digan que no se
autodefinen perfectamente cuanto dicen formar parte del rebaño divino.
El costo de esta obscena representación de lujo, derroche y
ostentación fue la friolera de 15 millones de maravedíes allá por la época de
los Reyes católicos. Y mientras tanto el pueblo llano a pasar hambre. Y no piensen que es la única, puesto que por ejemplo también la catedral de Córdoba tiene otra similar de 200 kilos de oro para que todo buen católico se
pueda arrodillar frente al becerro de oro. Por cierto como su propio nombre
indica las custodias católicas sirven guardar las hostias consagradas, es
decir si son creyentes, sirven para alojar el cuerpo de Jesús de Nazaret. Aquel que según sus
seguidores predicaba la pobreza y huía de la ostentación. Si el pobre judío
levantara la cabeza...
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