Es bien sabido que con motivo de la terrible crisis financiera mundial está
aumentando vertiginosamente el número de pobres en los países desarrollados y
que debido a los recortes en ayudas y donaciones a ONGs, millones de personas
en el tercer mundo se encuentran en una situación dramática. Pues bien la
solución a este gigantesco problema es bien fácil. Únicamente debemos de
ponernos en manos de verdaderos profesionales, es decir, bajo el manto de la
santa y católica iglesia de Roma. Eso es lo que sugiere la web Religión
en libertad del católico grupo de comunicación Intereconomía.
Resulta que se acaban
de cumplir 62 años de la realización de un milagro que de repetirse de forma
continuada bajo los auspicios de la iglesia católica podría alterar el sistema económico
mundial. Parece ser que allá por el año 1949, en la hambrienta y pobre España
que nos dejó la santa cruzada del nacionalcatolicismo sobre las huestes rojas,
el hospicio y comedor para pobres de la Casa de Nazaret del Instituto
San José de Olivenza en Badajoz se quedó sin víveres para atender a
los cientos de menesterosos a su cargo. Como llegaba la hora de hacer la
comida, la cocinera introdujo en una perola el escaso kilo de arroz de que
disponía en ese momento, a la vez que le rezaba al beato San Juan Macías por la
escasez del condumio. Hecho esto la piadosa mujer abandonó la cocina para
dedicarse a otros menesteres. Al volver, la sorpresa de la cocinera fue
mayúscula porque el recipiente de la comida se encontraba lleno de tal
manera que tuvo que pedir ayuda para ir recogiendo el arroz que rebosaba. Parece
ser que el milagro continuó durante cuatro horas más de tal forma que se pudo
alimentar a todo los menesterosos del pueblo y parece ser que tan
extraordinario evento sólo acabó cuando el párroco, tras observar que todo el
mundo estaba saciado, gritó ¡Basta¡ a la perola maravillosa. Vamos que si el
cura hubiera tenido un poco de previsión deja que el milagro continúe y se
alimenta a la hambrienta España al completo, que buena falta hacía en esos
terribles años de hambre y miseria. Parece ser que posteriormente el Vaticano
reconoció oficialmente este milagro siendo uno de los pocos registrados sobre
aparición de materia. Y resulta que miles de físicos e ingenieros, mentes
privilegiadas todas ellas, aseguran que la materia ni se crea ni se destruye
que sólo se transforma. Menuda panda de ignorantes ateos. En resumen, que ni
crisis ni gaitas. Que a poco que España vuelva al redil de la sagrada fe católica
(y ahora con la predecible victoria de Mariano Rajoy en la próximas elecciones
más que nunca) nos podemos convertir en el granero del mundo y hacer que
desaparezca el hambre de la faz de la Tierra. Sólo me queda una duda. Con la de
millones de católicos que habitan los países pobres del mundo y los cientos de
miles de sacerdotes y monjas todos ellos rezando continuamente al divino hacedor cómo es
que no se multiplican este tipo de milagros. O bien los designios del señor son
inescrutables o dios es bastante ruin y avaro.
Hombre, esos ejemplos son niñerías de personas que siempre surgen ante cualquier fábula.
ResponderEliminarLo importante no son los casos casi ridículos que se manejan para desacreditar la fe cristiana.
Hay que hablar de cosas serias
Los pobres de China, Africa y otros muchos lugares no los ha fabricado la Iglesia Católica, ni los cristianos serios, que siempre están a la vera de los que sufren y padecen necesidad, que los que no son cristianos producen.
Me alegra que siga en la brecha. Cada cual con sus convicciones.
Yo ni niego ni afirmo.
El tiempo le da el color.
Un amigo
Rafael.
Rafael
EliminarEstos casos ridículos son los que usa la iglesia católica para demostrar la verdad de su alucinación colectiva haciendo santos y beatos a troche y moche. Así que habla con B16 o Rouco Varela y diles que no pierdan el tiempo en justificar milagritos de tres al cuarto. Porque vaya diosecillo más cutre que no acaba con el hambre en el mundo y multiplica sólo 40 o 50 kilos de arroz. Se ve que es poco omnipotente.
La monjita cuando echó el kilo de arroz en la perola y abandonó con sus rezos la estancia, no se percató del astuto cura que tenia guardado el saco de arroz que introdujo a continuación.
ResponderEliminarLo extraño es que se necesita el doble de agua para la coción, y además la perola tenia que ser muy grande, pero eso no tiene importancia, lo importante en si es el milagro.