Quema del Corán o las bondades de la religión

Un pastor fundamentalista cristiano ha dictaminado que el Islam es culpable de crímenes contra la humanidad por promover el terrorismo y la persecución de los infieles. Hasta aquí nada que objetar puesto que todo lo dicho es verdad, el Islam es una religión fanática y rigorista que conculca los derechos humanos más básicos en aquellos países en donde se utiliza como código civil y penal bajo la absurda y medieval Sharia. Y por ello ha montado un teatrillo con la quema de un ejemplar del Corán, libro de origen divino revelado según cientos de millones de analfabetos mentales musulmanes o simple alucinación de un beduino de hace 1500 años para cualquier ser humano con una pizca de raciocinio. En seguida y como no podía ser de otra manera han aparecido manifestaciones de repulsa que han degenerado en violencia y asesinatos, se ve que para intentar contradecir al fanático cristiano. El sagrado Islam es una religión de amor, tolerancia y paz, pero por si acaso alguno no se entera pues se asalta la sede de la ONU en Afganistán y se asesina a 20 personas. Menuda incongruencia. Este es el problema de insultar a los amigos imaginarios de personas que no han pasado del estado intelectual de un niño de cuatro años que todavía cree en el ratoncito Pérez. Otro asunto es el del ya tristemente famoso pastor Jones. Sus cinco minutos de gloria van a costar nuevos enfrentamientos y un baño de sangre en todo Oriente Medio. Únicamente me pregunto qué pasaría si imbéciles similares a él organizaran un juicio contra el cristianismo. También el veredicto de culpabilidad estaría garantizado puesto que ejemplos de intolerancia, sectarismo y violencia promovida por los seguidores de Jesús no faltan en ninguna época histórica. Por tanto se podría también retransmitir la quema de un ejemplar de la Biblia y ya veríamos como se las gastarían los tolerantes cristianos del cinturón de la Biblia del sur de los EEUU. En resumen, que la religión es bondad y el que esté en desacuerdo que se vaya preparando.