Para toda esa gente de orden que tan orgullosa se siente con la banderita rojigualda en el balcón o en la pulsera del reloj, esos biempensantes que se emocionan al oír el himno nacional o ver pasar a la cabra de la Legión en un desfile, esa gente tan seria que rápidamente se ofende porque cómicos, tiririteros y demás ralea izquierdista se mofa de esta pseudodemocracia filofascista, bien harían todos ellos en leerse al completo esa tan cacareada Constitución que dicen reverenciar para así poder darse cuenta de que esa Carta no tan Magna vale menos que el papel en el que está escrita, y que mientras no se cumplan sus elementales y más que necesarios artículos sobre Justicia Social, los demás tendremos todo el derecho del mundo a utilizar sus páginas para sonarnos los mocos y hasta utilizarla como papel higiénico para limpiar nuestra más que normales deposiciones fecales.
Así que por mucho que ladren los Fakejóos, Abascales, Ayusos, Almeidas y demás filofascistas y neoliberales ¡A tomar vientos la maldita constitución!
Porque a la Constitución hay defenderla todos los días y en todos sus artículos, en caso contrario se es un cínico y un sinvegüenzas como lo son todos los meapilas vendepatrias del PP y de VOX.
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