Hay una pregunta que los creyentes nunca pueden contestar: si están tan convencidos que con par de rezos y el sacrificio de una gallina su dios les protege de todo mal ¿por qué entonces tienen en realidad tan poca confianza en él? Porque es más que evidente que las personas religiosas toman las mismas precauciones ante la vida que los ateos: compran cerraduras y alarmas para evitar robos, medicinas y seguros médicos para asegurarse su salud, incluso algunos tienen armas de fuego o acuden a clases de autodefensa, entre otras múltiples formas de intentar asegurarse una vida sin sobresaltos.
Es más, si los religiosos saben que van a dejar este valle de lágrimas en cualquier momento y comenzar a disfrutar de la dicha eterna con su dios con sus queridos, y también muy creyentes familiares y amigos, entonces ¿por qué narices se aferrar como el que más a esta supuestamente más que miserable existencia y lloran como descosidos cuando un familiar (por más devoto que éste haya sido) muere?
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