Aunque a los cristianos se les llena la boca de amor, paz y demás, la cruda realidad es que adoran al ser quizás más perverso que la siempre fértil imaginación humana haya podido inventar.
Porque si de verdad existiera una deidad omnisciente y benevolente ¿A qué crear esos miles de patógenos que se ensañan con nosotros de las maneras más retorcidamente dolorosas? ¿A qué permitir que nuestros bebés y nuestros hijos mueran de los cánceres más horrendos?
¿Qué se puede decir de una entidad que te torturará por toda la eternidad con los más terribles castigos si no le rindes total humillación? ¿No es esa divinidad mil veces peor que Hitler, Stalin o cualquiera de los dictadores norcoreanos?
Entonces, para cualquier mente que no haya sido destruida por el siempre letal virus de la fe la única conclusión posible, tal y como muy certeramente indica Jacques Fresco en el siguiente video
que los cristianos tienen como dios a un genocida y psicópata de la peor calaña.
Y por tanto, estos adocenados presapiens serían encubridores y colaboradores de sus crímenes bajo cualquier sistema legal que se precie lo más mínimo en intenta alcanzar una mínima justicia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario