Los cristianos en su infinita estulticia adoran a un dios que supuestamente es infinitamente benevolente con estos pobres monos bípedos que vivimos en la Tierra.
Sin embargo, si hacemos caso a ese conjunto de delirios llamado Biblia, creo en su infinita “sabiduría” esa casi innumerable cantidad de virus, bacterias, hongos, parásitos, animales y plantas que nos dañan y nos matan de las más variadas formas, a cual más horriblemente cruel y dolorosa.
Pero cualquiera intenta convencer a estos descerebrados de que a la vista de las pruebas su “benevolente” deidad (en el más que improbable caso de que hubiera existido) solo podría ser considerado como el máximo torturador y genocida posible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario