No hay nadie más susceptible que un niño, pero si además se encuentra en clase y su profesor les adoctrina en demonios es evidente que el resultado no puede ser otro que la histeria colectiva.
En una escuela rural de Jamaica un profesor dice a sus alumnos que deben orar en clase porque
"Dios no estaba complacido con lo que estaba pasando en la escuela"
El ambiente se va caldeando y los alumnos empiezan a descontrolarse y la histeria colectiva se desata entre el alumnado al que le habían inducido a pensar que en la escuela campaban a sus anchas los demonios.
Y la "solución" que han pedido los papanatas cristianos de la escuela y del pueblo ha sido realizar las habituales estupideces entre el aborregado rebaño cristiano: rezar más y ayunar más.
Y mientras tanto los servicios sociales del país de vacaciones, porque ya sabemos que la demente estupidez de los creyentes es sacrosanta.
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