Esta es la carta de apoyo que he enviado a Amnistía Internacional acerca de la reciente polémica sobre su informe por el uso de instalaciones civiles por parte del ejército ucraniano en su guerra frente al invasor ruso.
Estimados señores
Sobre la reciente polémica surgida por el último informe de su organización sobre el uso de escuelas, hospitales y otros edificios civiles para actividades militares por parte del ejército ucraniano quisiera mostrarles mi total apoyo como socio desde hace muchos años.
Las violaciones del derecho internacional o de guerra deben ser expuestas sean quienes sean los culpables y aquí Amnistía Internacional tiene una intachable labor a lo largo de las décadas. Y en el caso del conflicto ruso ucraniano esto debe seguir siendo así, independientemente de que sean las tropas rusas o las ucranianas las que atenten contra los derechos humanos de la población civil.
Es por ello que me entristece enormemente que tras las fuertes (e injustas) críticas recibidas por el informe (cuyos datos son del todo incuestionables) Amnistía Internacional haya “lamentado profundamente el dolor y el enojo” de su publicación. La verdad y los hechos demostrados (sobre todo en esta época plagada de manipulación y “fake news”) deben salir siempre a la luz y ser defendidos con firmeza y hasta con orgullo, aunque incomoden a muchos.
Y ya lo que me parece del todo inadmisible es que Oksana Pokalchuk, la directora de sección ucraniana, haya tenido que dimitir por haber expuesto una verdad que “ofende” a los creadores de la (falsificada) opinión de que los ucranianos, por el simple hecho de resistir a la criminal invasión rusa son casi como ángeles inmaculados y deben ser tratados como intocables a todos efectos, independientemente de sus errores o incluso de sus crímenes.
Considero que esta dimisión empaña la larga trayectoria de Amnistía Internacional de independencia basada en el rigor y lo que es peor, puede sentar un peligroso precedente de sumisión, porque los grandes conglomerados de “medios de comunicación” y los gobiernos, todos ellos dueños de una muchas veces manipulada opinión pública mundial saben ahora que se puede coaccionar a su organización, uno de los pocos baluartes de independencia que quedan en este mundo polarizado y plagado de propaganda, que no de información.
Por todo ello les animo a que retomen (con más firmeza si cabe) su bien ganado prestigio de profesionalidad, honradez e independencia en la búsqueda de la verdad y la defensa de los derechos humanos y no se dejen presionar de ninguna manera en su siempre difícil misión. Yo por mi parte les seguiré apoyando como socio y les seguiré recomendando entre mi círculo familiar, social y cibernético tal y como he hecho siempre.
Saludos cordiales
100% de acuerdo hasta la última coma del texto.
ResponderEliminarMe resulta inconcebible su petición de disculpas, como si solo hubiese dos opciones posibles y criticar un bando, por acciones sin duda cuestionables, significase que estás totalmente a favor del contrario.
Estamos creando una sociedad de blanco y negro, sin opción a una amplia gama de grises intermedia.