Sin ningún tipo de vergüenza ni rubor el Alcalde de Madrid afirmó en una conversación con un falso alcalde de Kiev que se saltaría todas las leyes nacionales e internacionales y deportaría a los refugiados ucranianos que estuvieran en la capital de España para que volvieran (en contra de su voluntad) a castigar a los “bastardos rusos”.
¡Y a tomar vientos derechos humanos, las convenciones internacionales sobre refugiados y la propia Constitución española! Pero así son nuestros nazionalcatólicos gobernantes, para los que la democracia vale menos que el papel en los que se escriben sus leyes.
Si yo fuera un refugiado ucraniano, denunciaría a esa repugnante sabandija por sus palabras. Pero siendo español sé perfectamente que nadie haría nada contra él por ser del partido del que es. Otra cosa muy diferente habría sido si esas barbaridades las hubiera dicho Carmena cuando estaba en la alcaldía, seguro que no habría durado ni dos telediarios. Que vaya el Carapolla voluntariamente a castigar a los “bastardos rusos”...
ResponderEliminar