El neoliberalismo depredador ha convertido en ley en que una empresa pueda y deba realizar despidos masivos casi en cualquier situación: crisis, problemas varios o simplemente que no se hayan alcanzado los beneficios previstos por la alta dirección, aún cuando el negocio siga creciendo viento en popa.
Y esto, aparte de terrible coste social que implica, es simplemente como dispararse en un pié, porque si en cualquier momento los directivos de la empresa pueden despedir a un puñado o a la mitad de la plantilla ¿con qué moral irán a trabajar los supervivientes sabiendo que no importa lo hecho y el esfuerzo invertido en conseguirlo, que son simples números que sirven para cuadrar un balance?
No hay comentarios:
Publicar un comentario