En un mundo donde rebosa el más horrible sufrimiento y
cientos de millones de personas mueren de las formas más dolorosas y terribles,
el dios judeocristiano se dedica a perder el tiempo ayudando a un detective de
Cleveland a resolver sus casos.
Un detective retirado de la policía de Cleveland acaba de
escribir un libro titulado “Dios
no necesita insignia” en el que afirma que a lo largo de su dilatada
carrera como investigador la zarza ardiente le ayudó en varias ocasiones a resolver
algunos crímenes.
Y por supuesto, como ya es habitual en la ridícula deidad judeocristiana yanqui, no esperen ustedes encontrar que la ayuda consistió en detener a un asesino en serie con docenas de víctimas en su haber (aunque quizás el verdadero milagro hubiera sido impedir el nacimiento de este tipo de psicópatas) o similar, sino que como narra este pobre senil fueron casos de detenciones de camellos de poca monta, rateros del tres al cuarto y demás.
Así que como siempre queda demostrado, este es otro ejemplo
de que los cristianos tienen tanto ego y tan poco seso que no les vendría mal un par de visitas a su psiquiatra.
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