La estupidez humana parece no tener límites y da igual que no enfrentemos a una pandemia global, algunos siguen a lo suyo.
Los negacionistas del coronavirus son otra secta destructiva que ponen en riesgo la salud y la vida de los demás, pero a veces (casi como un caso de justicia cósmica) tienen que asumir hasta el trágico final su disparatada locura.
Así dos descerebrados, de esos que subían a sus perfiles de redes sociales fotografías negando la gravedad de la pandemia y desafiando las medidas de distanciamiento social y uso de mascarillas, se han topado finalmente con un virus que ellos mismos proclamaban en internet que no existía.
Y el resultado no puede ser más revelador: tanto la influencer brasileña como el inglés, que se reían de todo el mundo por tener miedo a un virus que ya ha matado a más de un millón de personas, se infectaron y han terminado falleciendo.
Por todo ello (y aunque pueda sonar a desconsiderado) únicamente hay que constatar que hoy en el mundo quedan dos tontos menos, porque estos semideficientes no eran unos pastores de cabras que vivían en una aldea remota de Afganistán, sino en países civilizados y tenían al alcance de un par de clics de ratón toda la información generada en este último año sobre el tema. Pero ellos en su prepotente ignorancia decidieron "pensar" que sabían más que científicos, médicos y autoridades sanitarias, por lo que han pagado con su vida su estulticia.
P.D:
Y mientras tanto otro negacionista, este encima criminal, se ha dedicado a sacar de los congeladores de un hospital estadounidense varios cientos de dosis de vacunas contra el coronavirus para que así se inactivaran y las personas que luego las utilizaron quedaran desprotegidas. Ahora se enfrenta a la posibilidad de pasar 20 años en la cárcel si el juez encargado de su sentencia tiene en cuenta el peligro que ha supuesto para la vida de sus convecinos.
Conocía el caso de la brasileña, no el del inglés; da igual, como decimos en mi tierra: "al que por su gusto muere..."
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