Los investigadores vivimos en un mundo (casi ficticio) de
sorpresa, retos y búsqueda del conocimiento, pero en demasiadas ocasiones nos
tenemos que topar con una dura y triste realidad, tal y como esta acertada
viñeta descubre y con la que sólo nos queda darnos inexorablemente de
bruces.
Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
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ResponderEliminarEs deprimente y vergonzosa la actitud de los gobiernos frente a la labor científica cuando la financiera de un sistema público de ciencia debería recibir total apoyo sin discusión basada en la comprobable observación de que los Países que ponen los medios para cultivar ciencia terminan siendo más ricos y poderosos que aquellos que no lo hacen.
ResponderEliminarEsto me hace pensar que los actuales conflictos entre ciertos gobiernos y ciertos campos científicos vienen de la independencia de la ciencia, los políticos se han dado cuenta de que cuando la ciencia contradice sus ideologías y con sus datos se niega a forzar sus argumentos tienen un modo de contraatacar: presionar política y económicamente hasta amenazar los sistemas científicos en su esencia.La ciencias es partidaria de los hechos y los datos sobre las emociones; la cuestión es que en política los sentimientos y las pasiones son determinantes, la política No es el reino de la razón y la desapasionada toma de decisiones; al contrario, es un campo en el que rutinariamente se azuzan las mas bajas pasiones y se utilizan simpatías y antipatías, querencias y rechazos para aglutinar voluntades y apoyos.
Por eso ambas colisionan, enfrentando lo que la política quiere con lo que La Ciencia sabe.La peor parte la sufre la sociedad en conjunto pues sin el amparo del conocimiento científico la sociedad comete terribles errores; cito una frase que me resulta bastante interesante “la política es el arte de usar un mapa, la ideología, para llegar a un destino mejor.pero para orientarse lo primero que necesita es saber donde está, de lo contrario jamas podrá trazar un rumbo. Este es el papel de La Ciencia y sus datos: darle a la sociedad la mejor estimación de dónde está, y ayudar a la sociedad a construir el camino al progreso”la ciencia cumple el papel de suministrar la verdad y la razón, sin ella estamos a ciegas, sin siquiera un punto de partida, mucho menos un futuro prometedor.
Y mientras que los científicos españoles emigraban a otros países, Marianico nos vendía una fuga de cerebros a la que llamaba "internacionalización" en un intento desesperado de ocultar los recortes en investigación al españolito de a pié.
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