Certificados de virginidad, no es Irán es Francia

Se tiende a pensar que en Occidente hemos abandonado hace tiempo esas prácticas bárbaras del pasado, que ya sólo están presentes en los atrasados países del Tercer Mundo o del intolerante Islam. Pero no hace falta más que escarbar un poco para comprobar que seguimos teniendo al enemigo de los valores de la democracia y los derechos humanos en el patio de la esquina.

En Francia se han dado cuenta de que los valores republicanos y los derechos humanos terminan con ese simple pero también terrible velo que portan (a veces con demencial orgullo) las musulmanas. Porque ese trozo de trapo no es para nada inocente, sino que representa la esclavitud más espantosa para una mujer que queda sujeta a todas y cada una los intolerantes, represores y criminales usos y costumbres de una "cultura" de pastores de cabras anclada en el más oscuro y terrible pasado.

Porque el velo solo es la bandera de por ejemplo los terribles "certificados de virginidad", un papel que necesitan muchas mujeres musulmanas para poder casarse o simplemente para poder seguir vivas, puesto que si no lo presentan entonces cae sobre ellas el oprobio del pecado sexual y pueden acabar siendo vejadas, torturadas o incluso asesinadas.

Así que quizás más que prohibir esta terrible práctica lo mejor sería que el gobierno francés permitiera que los médicos firmaran estos ignominiosos papeles para todas las mujeres sin ningún tipo de examen físico, tal y como hacen ahora algunas ginecólogas concienciadas

"Sí, a veces proporciono un certificado a una joven que ni siquiera examino. Si necesita un papel que diga que es virgen para salvar su vida, para dejar de ser molestada, lo hago. Le explico que lo siento, que desearía que no tuviera que pasar por esto"

Y que los poderes públicos se dedicaran a lo importante: a perseguir y encarcelar a los imanes, ayatolas y demás "líderes" religiosos que son los que en la práctica mantienen y facilitan todo el entramado bárbaro y criminal de una religión que no ha abandonado el Medievo.

P.D:

Por cierto los certificados de viriginidad no sólo son un asunto de musulmanes, los cristianos fundamentalistas también lo utilizan para reprimir la sexualidad femenina y deberían ser igualmente perseguidos.