La ultraderecha cristiana afirma ser la defensora de la "vida humana" por su firme oposición al aborto. Sin embargo, las pruebas indican que todo este ya viejo y gastado "argumento" es solo uno más de los montajes a los que no tienen acostumbrados los hipócritas cristianos.
Los cristianos más fanáticos se oponen firmemente al aborto y dicen tener a las familias como su primera prioridad. Sería por tanto lógico encontrar que en aquellos estados de EEUU más conservadores y que llevan décadas, cuando no siglos, bajo el gobierno del cada vez más ultra Partido Republicano, además de su oposición al aborto se hubieran desarrollado todo un conjunto de leyes y ayudas sociales para esas familias (cristianas por supuesto) a las que parecen tener siempre en tanta estima, al menos verbal.
Sin embargo la realidad es otra bien distinta. Cuando se analizan los datos resulta que aquellos estados que han legislado más para dificultar el aborto con mayor número de medidas, como por ejemplo restricciones de seguros médicos, límites de edad gestacional, períodos de espera obligatorios y la prohibición absoluta de ciertos tipos de procedimientos (por ejemplo, abortos con medicamentos) o dilatación y evacuación intactas (lo que los opositores al aborto llaman "aborto de nacimiento parcial") resulta que luego son también los que menos ayudas reparten entre las familias, ya que por ejemplo presentan ausencia de permisos por maternidad y atención a la familia, falta de adaptaciones para trabajadoras embarazadas o con hijos lactantes, ausencia de salarios mínimos y subsidios familiares, falta de educación sexual integral y jardines de infantes de día completo, control de armas o incluso falta de restaurantes libres de humo.
En el siguiente gráfico,
incluido en un estudio
recientemente publicado por el Center for Reproductive Rights,
se puede observar muy didácticamente esta absoluta hipocresía de unos
legisladores supuestamente defensores de la familia, que sin embargo lo único
que les parece preocupar es que los fetos lleguen a término, pero una vez que los bebés han nacido pues ya parecen no ser de su cristiana incumbencia.
Esa asquerosa actitud se da también, como no, en la iglesia: mucho defender el derecho a la vida de los "no nacidos", pero si salen con alguna minusvalía mental, los curas se niegan a darles la primera comunión porque les resulta aberrante darles la galletita dominical a un niño así, pues su minusvalía no les permite comprender el sentido de la eucaristía.
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