En Brasil se dan cita toda la infinita variedad de fundamentalistas a cual más cerrilmente fanático. Y como prueba los dos más recientes (pero desgraciadamente nunca últimos) ejemplos.
Pastores cristianos, de esos que tienen como misión llevar hasta el último rincón de este planeta los delirios del nazareno demente se están adentrado en la profunda selva brasileña para contactar con esas tribus perdidas, que hasta ahora estaban a salvo. Y con ellos y sus demencias también portan peligrosos virus, para los que no están preparados estos últimos reductos de la prehistoria. Y así con el coronavirus, el sarampión, la gripe y el resto de patógenos de un solo paso les convertirán al cristianismo y les enviarán a la tumba. Pero eso sí, respetemos la libertad religiosa.
Y si el caso anterior es de juzgado de guardia, el siguiente
es para meter en la cárcel a sus cristianos protagonistas. Les pongo en
antecedentes. Una niña pequeña es violada repetidamente por su tío desde la
tierna infancia de 6 años. Al cumplir los 10, queda embarazada de su asqueroso
familiar. Un juzgado brasileño, a la luz de los terribles traumas psicológicos
sufridos por la niña y el peligro físico de engendrar y parir un bebé a tan
tierna edad, decreta un aborto terapéutico.
¿Y qué hacen en criminal comunión cristiana grupos de
fundamentalistas católicos y evangélicos? Pues se concentran ante la clínica
(porque algún miserable les informó del caso) y vociferan contra el terrible “pecado”,
llamando “asesina” a la pobre niña. Por supuesto la policía les dejó hacer y
deshacer a su antojo (que para eso son miserables cristianos) y el aborto no se
pudo llevar a cabo. Menos mal que el juez decretó que la cirugía se realizara
fuera del estado con ahora sí, todas las medidas de seguridad y
confidencialidad, y al final ahora la niña podrá intentar recuperar, en la
medida de lo posible, su destrozada infancia.
El resumen de estos casos no puede ser más claro: delinque
con tranquilidad, humilla a una niña traumatizada y hasta mata a un par de
decenas de indios, que si lo haces en nombre de la demencia cristiana no sólo
no tendrás problema alguno sino que hasta serás considerado una persona de alta
moral digna de elogio.
El asunto es más complicado, desgraciadamente hay precedentes similares muy poco edificantes : Da la impresión de que a algunas organizaciones abortistas en Latinoamérica les preocupa más encontrar “mártires” para su causa que comprobar la realidad de los hechos. En ocasiones, la mentira es un recurso más para promover el “aborto seguro” a partir de casos tan extremos como falsos.https://www.aceprensa.com/ciencia/el-recurso-la-mentira-en-las-campanias-pro-aborto/
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