Durante años el pensamiento único
neoliberal ha desplegado una intensa campaña publicitaria y de desinformación
para convencer a la ciudadanía que las energías renovables son ineficaces y tan
caras que si se adoptaran poco más que tendríamos que volver a la Edad Media.
Y sin embargo, toda esta
propaganda tiene un único fin: esconder la costosísima factura que lleva
asociado el consumo de petróleo, de gas natural y de carbón, unas fuentes de
energía que lejos de ser baratas sobreviven por los billones de euros gastados
en su uso y promoción.
Según los cálculos realizados por
la organización "Investigate Europe" en su último informe los países del Espacio Económico
Europeo (compuesto por los Estados miembros de la UE más Islandia,
Liechtenstein y Noruega) dedican la astronómica cifra de unos 137.000 millones de euros al año a apoyar la
explotación y el consumo de esas energías fósiles contaminantes que supuestamente son tan baratas. Para hacerse una idea de esta cantidad
simplemente indicar que el presupuesto anual de la UE es de 155.000 millones de
euros.
Pero eso sí, que quede bien claro
que las energías renovables son tan "caras" que no nos las podemos
permitir. ¡Manda huevos! que diría un castizo.
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