La religión ha conseguido convencer de que comportamientos totalmente risibles (y a veces hasta psiquiátricos) sean considerados no solo normales, sino incluso merecedores del mayor de los respetos.
Porque cuando se comparan los ritos religiosos con cualquier otra extravagancia, como hace el siguiente y divertido video, todo este absurdo hecho de que personas supuestamente adultas y cuerdas dedique sus esfuerzos a viejos y disparatados rituales, muestra descarnadamente que los creyentes no han abandonado esa feliz, pero ya muy lejana época infantil en donde toda fantasía es posible.
Pues muy bueno. He terminado suscripto al canal de Moi.
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