En un mundo lleno de selfies, postureo y actos inanes cara a
la galería no ha tardado en aparecer la nueva moda para dedicarse a la
autocomplaciencia: los aplausos nocturnos a esos esforzados sanitarios que se
están dejando la piel luchando contra la epidemia.
Sin embargo, esos mismos que se sienten ufanos y más que
satisfechos por unos aplausos en su terraza muchos de ellos son los mismos que
van al supermercado y compran toneladas de productos, dejando vacías las estanterías
de la manera más insolidaria tanto para sus convecinos que pueden tener la
nevera medio vacía y con la sociedad en general puesto que de seguir así pueden
acabar rompiendo la cadena de suministros y poniendo en peligro el
abastecimiento, sobre todo para los más débiles.
Por ello, yo propongo que en lugar de aplausos nocturnos, empecemos
a silbar y a afear en el supermercado el comportamiento incívico de todos esos
acaparadores, que viven como en la jungla y no tienen en cuenta las necesidades
de los demás
Así que menos aplausos absurdos y un poquito más de
responsabilidad.
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ResponderEliminarLo mismo que quienes rezan y se creen que están haciendo algo útil.
ResponderEliminarSobre lo de la gente en los supermercados, pues que seguro que no vieron "Qué bello es vivir" o, por lo menos, no la acabaron.
Hombre, asegurar que los que aplauden son los mismos que provocan el desabastecimiento es un poco aventurado. Datos? A la espera...
ResponderEliminarSi mucha gente sale a aplaudir y mucha gente arrasa el supermercado habrá coincidencias. Además los más irracionales son los que se apuntan a todo tipo de estupideces. Yo personalmente ni he acaparado comida ni salgo a aplaudir. Como decia Dars-Veider es lo mismo que rezar, irracionalidad pura.
ResponderEliminarSon las tonterías de nuestra época. Los mismos que hace dos meses venían 20 veces a consulta por tos y mocos agobiando, ahora nos aplauden. A ver si aprenden qué es estar malo de verdad, menos postureo y más solidaridad, como los que imprimen en 3d mascarillas y nos las regalan
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