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No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.


PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.

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3 de octubre de 2019

¿Podemos hablar de un buen hombre llamado Odín?

Los creyentes piensan (lo cual no es más que una exageración) que el resto de los mortales debemos aguantar su insensata charla acerca de sus más que delirantes mitos, no sólo con atención sino también con respeto. 


Y para que se pueda observar la ignorante prepotencia de estos pobres diablos, más cortos de mente que un macaco cualquiera, este brevísimo video extraído de la más que interesante serie noruega "Los visitantes".

2 comentarios:

  1. Anónimo10:08 a. m.

    ¡Muy interesante escena! Aunque supongo que lo de “Odín” ha sido para enfatizar el humor, quisiera concentrarme en el fragmento final (donde el zapato se interpone en la puerta). Para mí, aquel momento representa mucho más: la ineptitud de una absurda estrategia de convencimiento. Porque, al no funcionar su discurso demente, únicamente pueden recurrir a la “empatía”. —¿Todo va bien? Usted debe saber que Dios puede cambiar su vida. Yo pasaba por momentos terribles, pero me ha salvado la fe— dirán ellos sin empacho. Y tal como un pie en la puerta, buscarán conectar con los pesares del oyente…

    Más allá de las evidentes mentiras, me pregunto si en verdad creen en lo que dicen. Puedo comprender que exista una minoría de “elegidos” y creyentes natos, cuya integridad mental me resulta cuestionable; pero qué sucede con aquellos que dudaron alguna vez (incluso durante el proceso de “conversión”). Si no asumieron el engorro de cuestionar, me queda claro que se conformaron con el autoengaño.

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