La religión permite que aquellos que simplemente deberían
estar bajo estricto tratamiento psiquiátrico campen a sus anchas y lo peor, que
sean tenidos en cuenta, dentro de una sociedad que se vanagloria de avanzada. Y
como siempre los muy particulares EEUU de Norteamérica añaden una nota de color
a la casi infinita estupidez religiosa.
Como es temporada de huracanes en el Caribe, los cristianos
más idiotizados dicen haber encontrado la solución para evitar que esos
terribles fenómenos meteorológicos produzcan sus más que desastrosos efectos en
los EEUU, la tierra bendecida por Jesucristo aunque por supuesto ni este pobre
alucinado judío ni el resto de sus compañeros profetas y discípulos supieran
nada de su existencia.
¿Y cuál es el maravilloso remedio que alejará a los
huracanes de los estados de la Unión? pues no se sorprendan porque los
creyentes, dentro de su más que demostrada idiocia, sólo tienen una única
solución a todo: rezar ¡que sorpresa!
Y así docenas de simples de mente cristianamente bautizados
se reúnen en espacios públicos y se ponen a rezar como posesos tal y como
muestra la siguiente fotografía
para que su más que particular diosecillo cambie de opinión, puesto
que en su más que deficiente "lógica" religiosa deberían entender que
los huracanes fueron creados por la siempre magnánima divinidad judeocristiana
por algún oculto (y más que malévolo) motivo.
Pero no se vayan que todavía hay más, ya que no sólo estos
estúpidos cristianos "piensan" ¡menudo eufemismo! en el poder de sus
más que infantiles deseos, sino que también una tal Kat Kerr, la autoproclamada
"profetisa" cristiana que piensa que el cielo es el hogar de vacas
que conducen tractores, en donde hay además una ciudad hecha completamente de
gelatina, ¡no me digan que no es para encerrar a esta débil mental que ni
siquiera sobrepasará los 5 años en cualquier test de inteligencia! también
tiene la costumbre de ordenar a los huracanes que hagan su voluntad y luego decir
que gracias a sus "poderes" el huracán no fue tan destructivo como se
predijo. Aunque el truco es más que evidente, si se ordena a todos y cada uno
de los huracanes de la temporada a que sean buenos, luego siempre habrá alguno
que sea menos dañino que el resto y así llevarse la gloria. El que otros muchos
sean más destructivos o letales que lo que se suponía al principio da igual
para la "lógica" religiosa.
En resumen, lo único que demuestran estos casos es que la
presencia de huracanes hace surgir (como setas tras las lluvias) a los más
disparatados miembros de las distintas y siempre divertidas variantes de un
cristianismo, que no por casualidad fue fundado por un paleo hippie más loco
que un cencerro.
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