Aunque la gran mayoría de los seres humanos opinan (sin prueba alguna por cierto) que ese más que inmenso y casi infinito Universo que nos está desvelando la Ciencia ha sido creado únicamente para disfrute y solaz de unos monos bípedos con poco pelo y un ego más que desmesurado, la cruda realidad es que nuestro planeta es una simple mota de polvo errante en un vacío inconmensurable y que toda nuestra existencia y nuestra historia equivale en realidad a menos de una insignificante fracción de un breve suspiro cósmico.
Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.
No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.
PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.
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