Aunque vivimos en el hipertecnológico siglo XXI no debemos olvidar que nuestro cerebro, modulado por la selección natural durante millones de años, tiene una más que natural predisposición a encontrar patrones, aún cuando estos no existan. Es por ello que la inmensa mayoría de la Humanidad ha desarrollado las más absurdas e increíbles supersticiones.
Por ello hay que entender en su viejo contexto evolutivo esa más que innata tendencia humana a dejarse influir por los más disparatados absurdos.
muy bueno.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar