Los dirigentes del PP llevan décadas con el falaz argumento
de que la sanidad pública es una ruina, cuya sangría solo puede ser cortada de raíz
derivando a los pacientes a esa maravillosa sanidad privada regida por la
siempre poderosa e invisible mano del libre mercado bajo la eficaz tutela de la
iniciativa privada. Sin embargo los hechos son más que inmunes a ese mentiroso
y por qué no decirlo estafador argumento.
Así un reciente informe de la Cámara de Cuentas ha venido a
poner blanco sobre negro en el tema de la eficacia económica de los
tratamientos en los dos tipos de hospitales: los públicos y los de gestión
privada. Y los datos son tan incontestables como los que se resumen en el
siguiente diagrama comparativo.
Es tal la diferencia de costes, que la justicia debería
actuar de oficio contra esos políticos corruptos que están vaciando las arcas
públicas para enriquecer a grandes multinacionales con la salud de los
ciudadanos.
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