El siempre incisivo Lawrence Krauss expone descarnada y más
que certeramente la realidad. Lejos de ser las mascotas predilectas de Alá,
Zeus, Ganesha o Iahvé somos algo mucho más interesante: somos polvo de
estrellas.
Porque si miles de millones de estrellas no hubieran
estallado en gigantescas supernovas hace también miles de millones de años,
nosotros no estaríamos aquí y ahora haciéndonos preguntas y respondiéndolas,
erróneamente casi siempre y sólo en los últimos siglos a veces de manera certera.
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