¿Se imaginan que un grupo de ateos se colocara a las puertas
de una iglesia para recibir a los feligreses con pancartas diciendo la verdad
más que evidente de que la religión en general y el cristianismo en particular
son sólo mitos inventados por algunos desequilibrados de tiempos remotos?
¿Cuánto tardaría la policía en reprimir a esos intolerantes? Además es más que
seguro que la propia Fiscalía General del Estado acusaría directamente a esos
indeseables radicales laicistas por romper tan blasfema y ofensivamente la
convivencia y la libertad religiosa.
Pero sin embargo, cuando media docena de adocenados en esas
más que ridículas creencias en palomas fornicadoras, gorrinos endemoniados,
serpientes parlantes y zarzas coléricas deciden en su más que demostrada
debilidad mental que su patética moral debe aplicarse a todos los ciudadanos de
una supuesta democracia avanzada del siglo XXI no pasa nada. Y así, año tras
año estos simples
de mente se manifiestan delante de una clínica abortista de Málaga,
coaccionando, insultando y denigrando a las mujeres que acuden al centro médico
para abortar o para una revisión ginecológica y a sus trabajadores mientras la
policía hace la vista gorda, porque todos sabemos que está muy ocupada en
reprimir a perroflautas, tuiteros y titiriteros varios, siempre eso sí que sean
izquierdosos.
Y por supuesto fiscales y jueces de vacaciones de Semana
Santa, que es época de cristiano recogimiento ya que eso de denunciar a descerebrados
piadosos católicos no entra dentro del código penal de esta monarquía medieval
y fascistoide. ¡Asco de país!
Pues cuando te enteres que en La Palma (creo) han prohibido desde el ayuntamiento (¡del P**E!) que los bares organicen actividades lúdicas el jueves y viernes santo vas a flipar. O no, no creo que te espante nada a estas alturas...
ResponderEliminar¿Por qué prohibir actividades de ocio en los bares? ¿Acaso, cuáles bares y cafés de la Inglaterra Victoriana, son centros de maquinaciones terroristas que se centren en derrocar al monarca? Una movida como ésa es más esperable de algún dictador sin tornillos de cordura para su maquinaria cerebral que de un gobernante que se declare civilizado y educado (y cuerdo).
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