Miles de millones de personas en el mundo ruegan y ruegan
por sus más que patéticos deseos a las diferentes deidades sin darse cuenta de
que en el caso de existir, estos seres todopoderosos podrían ser acusados bajo
cualquier legislación mínimamente avanzada de cometer los peores crímenes
contra la Humanidad.
Porque unos dioses que supuestamente conceden ridículos
deseos como conseguir un trabajo, curar las hemorroides, hacer que alguien se
enamore o suerte en los juegos de azar a personajillos más que egoístas, sólo
por el simple hecho de rezar
cuando en el mundo existen millones de niños que
terminan sus cortas e inocentes vidas después de insoportables agonías por culpa del cáncer o del hambre, deberían
ser juzgados y condenados a la pena máxima en caso de existir.
Pero hete aquí que en pleno siglo XXI millones de agraciados
habitantes de los países ricos, con todas sus necesidades cubiertas siguen
dando gracias a su dios por su generosa dadivosidad, sin entender lo
ofensivamente criminal que sería tener razón y conseguir pertenecer a esa más
que exigua minoría de descerebrados agraciados, mientras por otra parte esos
seres supuestamente omniscientes, benevolentes y todopoderosos llevan milenios
olvidándose de la inmensa mayoría de la Humanidad, que parece haber venido a
este mundo a ser torturada desde el mismo día de su nacimiento.
Esa pregunta la hice yo a los ocho años con los Reyes Magos y me tuvieron que responder que eran los padres.
ResponderEliminarEs de cajón :)