En el mundo occidental vivimos en un mundo donde abundan los
neohippies, personas más ignorantes que un cubo, que sin embargo muestran
orgullosos su muchas veces suicida estulticia médica en internet. Y como
ejemplo el reciente caso ocurrido en EEUU.
Allí una embarazada no sólo decidió tener a su hijo en su
casa, sino que para rizar el rizo lo hizo acompañada únicamente de su inexperto
marido y sin ninguna ayuda médica. Como
tuvo la más que increíble suerte, el parto que duro 36 horas en donde cualquier
cosa podría haber dado lugar a una tragedia, transcurrió sin problema alguno y
una vez realizado el más que imprudente acto lo festejó en las redes sociales
para que todo el mundo certificara su más que debilidad mental.
"Mi marido fue muy comprensivo conmigo y ha respetado en todo momento mi elección de estar en un ambiente tranquilo y libre de estrés. Rechacé contar con una matrona. No quería que nadie me dijera lo que tenía que hacer o lo que era mejor para mí o mi bebé. Parir así fue una oportunidad de demostrar a todos que Dios hizo nuestros cuerpos preparados para parir, y que la asistencia hospitalaria no tiene porqué ser la norma habitual".
Como se puede observar ¿se puede ser más cretinamente
irresponsable? Ella en su privilegiada sapiencia no quería que ningún experto
sanitario le indicara que era lo mejor para ella o para su bebé porque ¿qué
sabrán personas que han estudiado durante años y han practicado numerosas
intervenciones lo que le puede pasar al cuerpo de esta negligente? Ya que ella
sabe en su infinita idiocia que Dios preparó los cuerpos de las mujeres para
parir.
Por supuesto esta analfabeta médica no conoce que el parto
es una de las principales causas de mortalidad tanto materna como infantil,
porque parece que a su más que negligente dios se le olvidó agrandar un poco
más el canal del parto, de tal manera que por ejemplo en un país desarrollado
como España
alrededor del 10% de los partos necesitan de atención médica especializada para
ayudar al alumbramiento. En caso de no poder contar con esa experta ayuda,
es probable que se ponga en riesgo la vida del bebé, de la madre o incluso de
los dos, de tal manera que en el mundo mueren al
año una 300.000 mujeres durante ese peligroso momento.
La pena es que a estos idiotizados anticientíficos no se les
haga firmar una renuncia previa de atención sanitaria, que les evitaría
dependen de esa medicina científica a la que tanto parecen despreciar y así la
sociedad se podría ahorrar no solo su factura sanitaria, sino también el hecho
de que se transmitan sus genes a la siguiente generación, porque lo que parecen
olvidar estos descerebrados analfabetos es que sin la actual medicina
científica las tasas de mortalidad en todas las etapas de la vida volverían
rápidamente a épocas no tan lejanas tanto en el espacio como en el tiempo en
donde nuestros congéneres morían a millones por la más que extremada variedad
de dolencias a las que está sometida una especie tan frágil como es la humana.
Tanto ella es una negligente como el marido un alcahuete. Esos padres deberían ser intervenidos por las autoridades pertinentes antes de que en el futuro el niño no reciba sus vacunas o que en un accidente sea atendido por la sabia madre en casa.
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