Que la derecha nazionalcatolica española sea sumisa con la
iglesia católica es algo normal, pero que la izquierda supuestamente rompedora
y modernizadora se comporte de manera similar es algo directamente vomitivo.
El alcalde de Cádiz, un supuesto progresista, que sin
embargo es otro papanatas católico más, un capillitas idiotizado por la
sumisión cristiana concede la medalla de oro de la ciudad a un trozo de
escayola que representa lo más rancio, sexista y medieval de esta España de
toros y pandereta.
Pero lo peor de todo no ha sido esta muestra de estulticia
individual, sino que la plana mayor de Podemos ha salido a justificar con los
mismos absurdos y ofensivos "argumentos" de la derecha que la iglesia
católica siga siendo la dueña y señora de esta tierra de esclavos mentales. Así
los máximos líderes nacional Pablo Iglesias y andaluz, Teresa Rodríguez que por
cierto mantiene una relación sentimental con el papanatas gaditano han
defendido de la manera más estomagante una decisión que únicamente puede ser
considerada como delirante.
Si hasta el ideólogo de Podemos, Juan Carlos
Monedero ha dejado de lado la más mínima decencia intelectual y ha defendido lo
indefendible: que comportarse ahora como los políticos decimonónicos de la
caverna nacionalcristiana es de izquierdas ¡Toma ya!
Así que al paso que vamos cualquier día de estos lo mismo acabamos con un nuevo
esperpento valleinclanesco: todos los ministros de Podemos jurando sobre la
Biblia sus cargos ante la arrobada aquiescencia
del cardenal primado de Toledo y ¡Santiago y cierra España!
Que hasta Podemos se rinda ante el poder de los brujos de la tribu católica es desesperante.
ResponderEliminarNecesitamos representantes libres, no hipócritas de rodillas.
Si yo tenía dudas ya se han disipado.País de borregos
ResponderEliminarHola:
ResponderEliminarLeí por ahí que la política es el arte de convencer y cambiar la sociedad.
Hay muchos políticos que hacen estas cosas porque es conveniente para ellos, sin pensar en el resto de los ciudadanos,así con el tiempo adquieren más prestigio y poder ante las masas y ante sus colegas.
Otros pocos, según entiendo, lo hacen porque piensan que un daño menor como mentir, exagerar, fingir o faltar a la verdad es un precio a pagar para que a largo plazo su ideología sea implantada en el sistema operativo social. Pero también pienso que eso puede significar que esa ideología no es tan buena, tan deseable que digamos.
Saludos.
Y encima tienen el morro de hablar de vírgenes populares, de izquierdas, y vírgenes impopulares vinculadas a la derecha. Medallas de oro pa la figurita, merecidas como la de Cádiz y otras inmerecidas como las que concedió Fernández Díaz.
ResponderEliminarPor mí se pueden ir a la mierda, aunque sea mierda seca