Durante años los más variados charlatanes han intentado convencer a los más simples de que pueden realizar las mayores proezas quirúrgicas sin instrumental alguno, con sus simples manos y sin tener que anestesiar al paciente, el cual tampoco siente ningún tipo de dolor y al que al finalizar la "operación" no le queda ni siquiera una simple cicatriz.
El siempre genial James Randi, azote de embaucadores y timadores del más acá y también del más allá explica el truco en este simpático y ya clásico video.
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