Pasan los años y la apología de la barbarie fascista sigue
incólume en este podrido país, porque ¿se imaginan que pasaría si todos los
años la iglesia católica alemana celebrara misas en recuerdo de Hitler?
Pues sin embargo esa perversa iglesia católica que dice
representar la paz, el amor y la moral celebra cada año decenas de misas exaltando la figura del dictador, apoyando su genocidio y rogando por el alma
eterna del gallego criminal, que como no puede ser de otra manera estará
disfrutando en el cielo de la dicha eterna sentado a la derecha de la zarza
ardiente y rodeado de todos sus conmilitones: Hitler, Mussolini, Videla o
Pinochet, que para algo todos ellos eran fervorosos cristianos y diligentes
servidores de la santa madre iglesia porque como bien ha recordado uno de esos
deleznables curas fascistas que tanto abundan hay que
"aprender la lección que nos dan estas grandes figuras de la Historia"
Vamos, más claro el agua. Un sacerdote católico pidiendo un
golpe de estado, una dictadura, decenas de miles de fusilados y represión
durante décadas, pero eso sí para mantener la paz y la justicia en España encarcelemos raudos a un par de titiriteros con sus más que peligrosas marionetas. ¡Asco de justicia y de país!
Es increíble, la iglesia siempre se asocia con los mayores criminales genocidas y siempre consigue mantenerse como referente moral.
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