La obsesión de los biempensantes de la caverna nacionalcatólica con el sexo es legendaria y ahora De Prada, uno de sus más destacados miembros ha vuelto a mostrar su malévola ignorancia.
Este cristiano medieval, que cree a pié juntillas los disparates de la Biblia ha sacado toda su retrógrada artillería contra uno de los demonios del cristianismo: el sexo. Y como no podía ser de otra manera pues ha metido la pata hasta el corvejón, como reza el dicho popular. Porque eso de argumentar que
Para su información Sr. De Prada, el sexo entre adultos en directo o a través de cualquier otro medio no tiene relación alguna con la perversa pederastia a la que por cierto son tan dados entre el rebaño cristiano, ya que le recuerdo que hay miles de sacerdotes católicos, pero también predicadores protestantes, que sin necesidad de consumir pornografía llevan décadas abusando de los más inocentes.
Pero claro que se puede esperar de un pobre débil mental que afirma sin vergüenza, pudor ni rubor alguno que
"El consumidor de pornografía convencional acabará consumiendo pornografía alternativa, hasta que llega el día en que desea también consumir pornografía en la que aparezcan niños"únicamente se le puede ocurrir a un enfermo mental castrado por siglos de represión sexual como es este buen cristiano.
Para su información Sr. De Prada, el sexo entre adultos en directo o a través de cualquier otro medio no tiene relación alguna con la perversa pederastia a la que por cierto son tan dados entre el rebaño cristiano, ya que le recuerdo que hay miles de sacerdotes católicos, pero también predicadores protestantes, que sin necesidad de consumir pornografía llevan décadas abusando de los más inocentes.
Pero claro que se puede esperar de un pobre débil mental que afirma sin vergüenza, pudor ni rubor alguno que
"La pornografía infantil es fruto del clima moral creado por una ideología criminal que ha impuesto el naturalismo instintivo como forma de plenitud humana y que considera que el acceso a la libre pornografía es una de las grandes conquistas humanas".¡A ver si ahora todos esos asquerosos delincuentes sexuales que cobija el cristianismo no van a ser seguidores del nazareno demente sino que son hijos de Darwin!
Las llamas de los mecheros iluminaban las habitaciones del internado, como una congregación de ánimas en pena, y alumbraban las revistas pornográficas de fecha atrasada o reciente, que comprábamos a escote, por esa extraña solidaridad que practican los pecadores. ...//...
ResponderEliminarYo prefería masturbarme pensando en la Venus del Espejo que pintó Velázquez, tratando de imaginar cómo sería su coño. No volví a colaborar en la adquisición de revistas pornográficas, y desde entonces tengo fama de insolidario.
Juan Manuel de Prada. Coños. Ed. Valdemar págs. 30-31
Tal vez deberían prohibir también los cuadros...