Aunque pueda parecer una noticia falsa es la pura realidad, el único
detalle es que el papa no es el católico sino el único verdadero, el de la
sacrosanta Iglesia del Palmar de Troya.
La Iglesia del
Palmar de Troya es una escisión del catolicismo fundada por nada más y nada
menos que por la propia virgen María, que parece ser que cansada de tanta
blandura católica, tuvo a bien aparecerse a troche y moche durante el año 1968
a diversos personajillos más que cortos de mente de la provincia de Sevilla
(inciso, es lo que tiene los dioses que no son capaces de mostrar su bendita
gloria a todo el mundo, siempre eligen a los más simples entre los más
imbéciles miembros de esta siempre tan particular especie de monos bípedos que
somos los humanos) para mostrarles el único y verdadero camino de la senda
cristiana, perdido por esa deriva de la curia romana hacia el secularismo del
Concilio Vaticano II.
Y la prueba más evidente de que la Iglesia Palmariana era la única
verdadera, es que mientras las apariciones de Jesucristo, su madre, la paloma y
la zarza ardiente siempre han sido escasas en la ya milenaria historia del
catolicismo, en cambio entre los seguidores del Palmar de Troya raro era el día
que no se aparecía la virgen, un par de santos, diversos ángeles y demás
realeza divina para repartir sus dones (en forma de milagros varios) entre la
más que afortunada parroquia sevillana.
Sin embargo, con el discurrir de los años y las décadas parece ser que el
favor celestial ha ido remitiendo, de tal manera que en la actualidad en la
Iglesia del Palmar hace tiempo que no han visto aparecer a ningún mensajero
celestial. Y eso quieran que no, ha afectado mucho al rebaño palmariano, de tal
manera que hasta el actual papa Gregorio XVIII ha perdido la fe, ha colgado los
hábitos y tal y como informa
el periódico de Granada se ha echado una novia granadina más que
dicharachera con la que próximamente contraerá matrimonio, no sabemos si
palmariano, católico, budista o simplemente civil.
Así que, como reza el dicho popular primeramente atribuido al insigne Rodrigo
Díaz de Vivar y luego tamizado y reconvertido por la cultura popular en un
frase cervantina ¡cosas veredes amigo Sancho que farán fablar las piedras!.
P.D.
P.D.
Para hacerse una idea del
grado de sectarismo fascista de la Iglesia del Palmar simplemente recordar que
como ya indiqué en una
entrada previa uno de sus santos es nada más y nada menos que el gallego
genocida, Francisco Franco.
¡Qué tiempos! Ya lo venía yo diciendo. ¡Si es que en dios ya no cree ni el papa! ¡snif!
ResponderEliminar