Dejando de lado el terrible rastro de decisiones económicas de los diversos gobiernos del PSOE, que muchas veces no han desmerecido para nada en cuanto a neoliberalismo a las adoptadas por el fascistoide PP, y centrándonos en la actualidad sin necesidad de recordar el pasado, no hace falta ser muy suspicaz (ni siquiera muy observador) para encontrar que el PSOE, lejos de su ya más que olvidado ideario socialista, se empeña en fomentar una sociedad claramente conservadora.
Y el ejemplo más evidente nos viene de ese siempre tan particular PSOE de Andalucía, que si algún día se cambia el nombre por el de Partido exSocialista exObrero Español no iba a sorprender a nadie. Porque dejando de lado esa secular predisposición de todos los dirigentes "socialistas" andaluces a humillarse servilmente y privilegiar de mil manera a la iglesia católica, es en uno de los pilares básicos del desarrollo de una democracia, la educación en donde se hace más patente que la meapilas de Susana Díaz y sus muy católicos secuaces entraron en el PSOE para dinamitarlo desde dentro.
Porque si ya hace meses el muy católico PSOE andaluz casi elimina la asignatura de Cultura Científica para privilegiar a la de Religión dentro del sistema educativo, ahora (y sobrepasando todos los límites) ha dado una vuelta de tuerca hacia la desaparición de la educación pública, la única que permite transmitir los valores de libertad, igualdad y tolerancia a todos los alumnos, y que es la base fundamental de la formación de unos ciudadanos verdaderamente democráticos.
Porque desde la Junta de Andalucía, año tras año y curso lectivo tras curso lectivo, lejos de favorecer a la educación pública está privilegiando a la "educación" concertada (esa que en este país está en la práctica en manos de la santa madre iglesia), beneficiando a las familias con mayores recursos, que puede optar a una enseñanza en donde sus hijos no tienen porque compartir pupitre con los vástagos de esos siempre sospechosos inmigrantes, ya que los siempre interesados frailes de las innumerables órdenes religiosas que regentan la inmensa mayoría de los colegios concertados de este país ya se encargan de "seleccionar" (nada cristianamente por cierto) al alumnado para que esos estudiantes de origen latinoamericano, africano o asiático sean inexistente o una ínfima minoría en sus aulas.
De tal manera que al final sólo la educación pública trata de integrar a esos alumnos, con cada vez menos medios (convirtiéndose en un gueto) ya que poco a poco la indecente de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz se encarga de eliminar aulas y profesores públicos en una política "educativa" que en nada se diferencia de la que lleva a cabo el PP en las comunidades autónomas en las que gobierna.
Pero eso sí, luego nos viene el guapito de cara del líder socialista prometiéndonos el oro y el moro de la igualdad, la justicia social, la defensa de los servicios públicos y demás banderas abandonadas hace ya tiempo por su partido y pisoteadas día sí y día también en su feudo andaluz, en donde llevan más de cuatro décadas imponiendo la agenda social más nacionalcatólica posible.
Y el ejemplo más evidente nos viene de ese siempre tan particular PSOE de Andalucía, que si algún día se cambia el nombre por el de Partido exSocialista exObrero Español no iba a sorprender a nadie. Porque dejando de lado esa secular predisposición de todos los dirigentes "socialistas" andaluces a humillarse servilmente y privilegiar de mil manera a la iglesia católica, es en uno de los pilares básicos del desarrollo de una democracia, la educación en donde se hace más patente que la meapilas de Susana Díaz y sus muy católicos secuaces entraron en el PSOE para dinamitarlo desde dentro.
Porque si ya hace meses el muy católico PSOE andaluz casi elimina la asignatura de Cultura Científica para privilegiar a la de Religión dentro del sistema educativo, ahora (y sobrepasando todos los límites) ha dado una vuelta de tuerca hacia la desaparición de la educación pública, la única que permite transmitir los valores de libertad, igualdad y tolerancia a todos los alumnos, y que es la base fundamental de la formación de unos ciudadanos verdaderamente democráticos.
Porque desde la Junta de Andalucía, año tras año y curso lectivo tras curso lectivo, lejos de favorecer a la educación pública está privilegiando a la "educación" concertada (esa que en este país está en la práctica en manos de la santa madre iglesia), beneficiando a las familias con mayores recursos, que puede optar a una enseñanza en donde sus hijos no tienen porque compartir pupitre con los vástagos de esos siempre sospechosos inmigrantes, ya que los siempre interesados frailes de las innumerables órdenes religiosas que regentan la inmensa mayoría de los colegios concertados de este país ya se encargan de "seleccionar" (nada cristianamente por cierto) al alumnado para que esos estudiantes de origen latinoamericano, africano o asiático sean inexistente o una ínfima minoría en sus aulas.
De tal manera que al final sólo la educación pública trata de integrar a esos alumnos, con cada vez menos medios (convirtiéndose en un gueto) ya que poco a poco la indecente de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz se encarga de eliminar aulas y profesores públicos en una política "educativa" que en nada se diferencia de la que lleva a cabo el PP en las comunidades autónomas en las que gobierna.
Pero eso sí, luego nos viene el guapito de cara del líder socialista prometiéndonos el oro y el moro de la igualdad, la justicia social, la defensa de los servicios públicos y demás banderas abandonadas hace ya tiempo por su partido y pisoteadas día sí y día también en su feudo andaluz, en donde llevan más de cuatro décadas imponiendo la agenda social más nacionalcatólica posible.
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