Uno de los más recurrentes y falaces argumentos de los
creyentes es su falso victimismo, siempre se sienten incomprendidos y
perseguidos por esos laicistas y ateos radicales que simplemente queremos que
se lleven sus estúpidas religiones al estricto marco de su vida privada, y que
dejen de imponer sus medievales, sesgadas y antidemocráticas creencias a todo
el conjunto de la sociedad.
Pero ellos erre que erre con el cansino y mentiroso cuento
de los "violentos ataques" a sus creencias como si la mofa y a befa pudieran compararse con las persecuciones, discriminaciones, encarcelamientos,
lapidaciones y asesinatos que los creyente utilizan con total impunidad contra
los más que minoritarios ateos del mundo.
Y en este contexto resulta sorprendentemente llamativo, a la
par que ofensivo, que
el representante del judaísmo en España venga ahora a sermonear con ese
absurdo "No comprendemos este radicalismo antirreligioso que se está
produciendo en nuestro país” refriéndose a España.
Estimado gran jefe hebreo si quiere protestar contra algún
tipo de radicalismo bien podría empezar por su querido Israel, en donde la
prepotente y aplastante religión mantiene al país casi como si de una teocracia
medieval se tratara, en donde los no judíos no sólo no tienen derecho alguno
sino que son "ciudadanos de tercera clase" en un sistema de apartheid
que ya quisieran tener ahora los racistas Boers de Sudáfrica puesto que pueden hasta
ser asesinados impunemente, en donde los
rabinos pueden tramitar unos divorcios directamente machistas en donde la
mujer no tiene ninguna garantía procesal ni ningún derecho siempre y cuando el
varón tenga a bien permitir que su posesión femenina lo intente, en donde los
ultraortodoxos judíos tienen tanto poder como para impedir que los transportes
públicos o el comercio funcionen en Sabbat, en donde los barbudos con
tirabuzones no pagan impuestos, ni trabajan aunque reciben un sueldo del estado
y donde están exentos del largo servicio militar que deben realizar los laicos
y el sinfín de prebendas y privilegios que reciben los más fanáticos miembros
del judaísmo más demente a costa del resto de los ciudadanos.
Así que por favor señor representante del judaísmo deje de
mentir cuando asegura sin pudor ni vergüenza ninguna eso de que
"Los que profesamos una fe o practicamos una religión, no agredimos a los no creyentes. Nuestra sociedad demanda respeto."
Respeto, y sobre todo igualdad, es lo que exigimos los no
creyentes (en España, en Israel y en cualquier otro lugar del mundo) para poder
ser tratados como ciudadanos normales frente a los siempre lloriqueantes devotos
en las diferentes estupideces religiosas, en una sociedad que dice ser
democrática y moderna.
Y poco más hay qué decir
ResponderEliminarhttps://youtu.be/AtTfuC_AZNw
Saludos
Totalmente de acuerdo.
ResponderEliminarAdemás el problema de la religión, como el de la codicia, es casi imposible de curar. Son enfermedades en las que quien sufre no es el paciente, sino los que les soportan, así que el paciente no reconoce su enfermedad y no admite tratamiento.
Totalmente de acuerdo
ResponderEliminarEn estos momentos me acuerdo de la frase de denis diderot:
ResponderEliminar"El hombre sólo será libre cuando el último rey sea ahorcado con las tripas del último sacerdote"