Ahora que el foco vuelve a estar en esos dementes yihadistas capaces de reventarse con un cinturón bomba para matar a varias decenas de personas no deberíamos perder la perspectiva y comprender que si de número de muertos se trata, los mayores asesinos son nuestros políticos corruptos vendidos al gran capital y que en nombre del neoliberalismo más despiadado asesinan cada años a miles de personas, miembros de los colectivos sociales más desfavorecidos: pensionistas, parados, embargados, inmigrantes y demás ciudadanos prescindibles en este modelo económico en donde únicamente hay dinero para rescatar bancos y grandes empresas.
Porque como muy bien escriben en su libro "Por qué la austeridad mata", los expertos en salud pública por las universidades de Ofxord y Stanford David Stuckler y Sanjay Basu:
Gracias por participar en este ensayo clínico. Puede que usted no recuerde cuándo se inscribió, pero forma parte de él desde diciembre de 2007, el comienzo de la Gran Recesión. Este experimento no se regía por las normas del consentimiento informado ni de la seguridad médica. No ha sido administrado por médicos o enfermeros. Lo dirigían los políticos, los economistas y los ministros de Hacienda.En resumen ¿cuándo vamos a dejarnos de engañar y comenzar a perseguir a los mayores criminales y asesinos?
Durante este ensayo, a usted le apuntaron, junto con otros miles de millones de personas de todo el mundo, en uno de los dos principales tratamientos experimentales: la austeridad o el estímulo. La austeridad es un tratamiento concebido para reducir los síntomas de las deudas públicas y los déficits, y para curar las recesiones. Recorta el gasto estatal en cobertura sanitaria, en subsidios de desempleo y en ayudas a la vivienda. En los comienzos de este ensayo sus potenciales efectos secundarios no estaban del todo claros.
Cuando empezó el experimento de la austeridad, nuestra prognosis era sombría e incierta. La burbuja del mercado de la vivienda en Estados Unidos estalló en 2007, dejando maltrechas a las economías de todo el mundo. Algunos políticos, como el primer ministro británico, David Cameron, decidieron aplicar medidas de austeridad para reducir el déficit. En otros lugares de Europa, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo presionaron a los gobiernos de Grecia, España e Italia para que experimentaran con la austeridad: para que aplicaran recortes de miles de millones de euros a sus programas sociales. Si usted ha recibido una dosis experimental de austeridad, puede que ya haya advertido algunos cambios sustanciales en su vida.
Mientras tanto, otros políticos decidieron invertir en sanidad mediante programas de su red de protección social. Si usted se encontraba en el grupo del estímulo —es decir, si actualmente vive en Suecia, en Islandia o en Dinamarca—, su comunidad se habrá visto enormemente afectada por el desempleo y la recesión, pero se habrá ahorrado buena parte de las medidas de austeridad. Allí ocurrió lo contrario: durante la recesión se emplearon fondos de estímulo para reforzar la sanidad y las redes de seguridad social. Si vivía en un país donde se adoptaron medidas de estímulo, probablemente no haya advertido muchos cambios ni en su vecindario, ni en las listas de espera de los hospitales, ni en los precios de los alimentos, ni en los índices de personas sin hogar.
Estimado Sr:
ResponderEliminarSu labor de información para remover conciencias es un estimulo para quienes tenemos el privilegio de leerle.
Gracias por estar ahí.