Estamos acostumbrados a pensar que los fanáticos que exigen la vuelta a la teocracia medieval sean siempre esos dementes barbudos con chilaba o con tirabuzones, pero no hay que olvidar que en la esencia de cualquier religión se esconde el inconfesable deseo de la exclusividad y de la opresión bajo los particulares dogmas emanados del diosecillo en cuestión. Y aunque los cristianos parezcan haber acatado la democracia y la separación entre iglesia y estado, en el fondo siguen soñando con la vuelta a la oscura y terrible Edad Media.
Porque resulta que los anglicanos, quizás la más secular de todas las variantes cristianas tienen también a su obispo montaraz y medieval como el de Durham. Este anciano ya casi senil ha declarado recientemente en una homilía en la catedral de San Pablo que Inglaterra debe volver a la
"Teocracia cruciforme"
¡Vamos! retrasar el reloj hasta la época de la cruzadas en Tierra Santa.
Y ya desatado en un delirio fanático ha añadido que
"El problema es que Occidente ha comprado tan profundamente la narrativa de la Ilustración y luego no puede entender lo que ha ido mal cuando las tragedias de este mundo, literalmente, asolan nuestras costas."
Y por si quedara alguna duda:
"Todo el significado del reino de Dios está basado sobre un único y verdadero Dios para acabar de una vez con los imperios malvados del mundo y la creación de un imperio radicalmente diferente en su lugar."
Así que en resumen imaginen cual sería ese nuevo imperio de nuestro cristiano obispo: las bonitas hogueras de la Inquisición para ateos, gais, herejes, lesbianas, divorciados y similar gente de depravada calaña, exorcismos en lugar de psiquiatría y sumisión política y social a los delirios antidemocráticos, criminales cuando no genocidas emanados de ese perverso libro en el que un supuesto dios bondadoso se muestra colérico a la menor contrariedad realizada por sus pobres esclavos humanos.
Pero eso sí, sigamos considerando con respeto cuando no con devoción a este tipo de incalificables y despreciables seres que llevan ya dos largos milenios intentando llevarnos de vuelta a nuestro más oscuro y criminal pasado.
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