Pues sí, aunque parezca mentira los dirigentes del PP son
capaces de superarse en la más asquerosa demagogia y jugar con los sentimientos
de esos millones de españoles descendientes de los cientos de miles de
asesinados por la barbarie franquista.
En un partido como el PP, fundado por un criminal de guerra
nazi como lo fue Manuel Fraga, un partido dirigido por la más variada y descarada
caterva de filofascistas que sin pudor ni vergüenza ninguna justifican cuando
no glorifican la terrible dictadura franquista, un partido que ha insultado y
humillado a los cientos de miles de asesinados y a sus familias hasta ayer
mismo, de pronto aparece Celia Villalobos y, como si se acabara de bajar de una
nave espacial, y se acuerda de que Franco
fue un nazi y un fascista, cuando todos en su partido identifican al
gallego genocida como el más grande estadista que ha dado este sombrío país en
los últimos siglos. ¿Pero es que esta señora está tan senil para no recordar
que todo en su delictivo partido político apesta a fascismo, a nazismo, a
genocidio, a crimen, a represión?
En resumen, sólo esta España tan particular es ese país tan demente
y tan oscuro que los franquistas de toda la vida, esos mismos que tienen sus conciencias
manchadas de sangre, se pueden permitir el indecente lujo de llamar franquistas
a los demás y seguir impunemente disfrutando de su sueldo público.
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