España tiene un ministro del Interior nazionalcatólico hasta
la médula, que piensa que todavía vivimos en la Edad Media donde los
cristofascistas como él pueden saltarse a la torera la legalidad vigente y usar
los recursos de un Estado que pagamos todos los ciudadanos: ateos, musulmanes o
budistas incluidos, para privilegiar sus absurdas creencias en monjas
alucinadas.
Es de sobra conocida la devoción que le dedica el ministro del
Interior a Teresa de Jesús, desgraciada monja enferma del cuerpo y de la mente
que, de haber vivido en la actualidad muy probablemente estaría bajo estricto tratamiento
psiquiátrico para intentar paliar sus delirios mentales y sus evidentes
represiones sexuales tal y como comenté en una
entrada previa.
Pues bien, nuestro papanatas ministro cristianito, con
motivo del aniversario de las alucinaciones de la monja demente ha tirado la
casa por la ventana (por supuesto la nuestra, la de todos los españoles, que
eso de pagar no se lleva para nada dentro del rebaño cristiano) y ha decidido regalar
alojamiento gratuito en dependencias oficiales de la Escuela de la Policía de
Ávila a nada más y nada menos que 200 peregrinos: monjas y frailes
católicos para que puedan acudir a tan esperpéntico evento de la manera habitual, es
decir sin que les cueste un duro a los católicos, que ya es tradicional que sus
excesos los paguemos los contribuyentes españoles como si de la Edad Media se
tratara. Así que si ya de por sí es vergonzoso que el ministro inaugure un evento de una entidad tan surrealista pues doble ración de cristofascismo.
Así que en resumen, en un país en donde se recortan los
gastos sociales y las clases más desfavorecidas se encuentran al borde de la
mendicidad, sin embargo siempre habrá unos cuantos millones de euros para montar saraos
católicos en donde el clero pueda seguir haciendo aquello que mejor saben
hacer: parasitar al estado y seguir haciendo proselitismo sin que por supuesto
les cueste un euro. ¡Asco de país!
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