Para la iglesia católica la mujer ideal debe estar loca o ser una redomada mentirosa y adúltera

Dentro de la habitual esquizofrenia católica, los descerebrados jerarcas de turno intentan promover un estilo de vida patriarcal en donde la mujer quede totalmente supeditada y anulada por el varón mientras ponen como ejemplo a uno de los primeros y más evidentes casos de adulterio femenino que recogen las crónicas escritas.

Porque sobrepasando toda capacidad de sorpresa y rozando la más absurda demencia, los católicos han convertido en el ideal de mujer a la supuesta "virgen" María tal y como nos acaba de recordar el ignorante arzobispo de turno

"La Virgen María tenía que arreglar la casa, ir a por agua, educar a su hijo y tuvo que apañárselas para sacar adelante la familia"

¿Observan el significado de la frase?¿No falta algo evidente para la máxima representante de la familia tradicional católica? Pues sí, falta el sagrado varón, el pater familias. En esta descripción de nuestro arzobispo María más bien parece una madre soltera de la actualidad, en donde el padre está ausente o en paradero desconocido puesto que suponemos que la paloma concupiscente, después del fornicio parece ser que echó a volar y si te he visto pues no me acuerdo.

Aunque por supuesto existe otra explicación mucho más plausible y racional que las imposibles relaciones sexuales zoofílicas, y es que la supuesta virgen no lo fuera para nada, que hubiera tenido un desliz extramatrimonial con el panadero o el herrero y puesta en la tesitura de tener que explicar su infidelidad al descubrirse su estado gestacional,  en un mundo en donde la lapidación de las adúlteras estaba a la orden del día no lo olvidemos, se inventó la increíble patraña del alumbramiento virginal lo que la convertiría en una redomada mentirosa, además de adúltera, y en el caso de que en realidad la pobre analfabeta se creyera tan disparatado cuento, pues sería una muestra evidente de locura, al mismo nivel que esos pobres enfermos mentales de la actualidad que se creer la reencarnación de Napoleón o de Elvis Presley. En cualquiera de los casos el que siempre queda en el peor lugar posible es el pobre San José, ya que si aguantó el evidente engaño queda como el más grande y conocido cornudo de la historia o si por el contrario acabó creyendo inocentemente la patraña de su mujer sobre orgasmos colombofílicos pues peor, ya que dejó constancia para la posteridad de ser un simple y un crédulo de tomo y lomo.