Si ya has tratado en tu blog el tema de cualquiera de los artículos que lees aquí, te animo a dejar en la sección de comentarios un enlace o URL que nos lleve hacia él, siempre y cuando no sea para hacer proselitismo de la superstición en cualquiera de sus variantes. Todos ganamos con el intercambio fomentando la discusión racional.

No hay nadie más ignorante e inútil que aquel, que de rodillas y con los ojos cerrados busca una respuesta.


PARA SU INFORMACIÓN: Los ateos no creemos en ninguno de los 2.700 dioses que ha inventado la humanidad, ni tampoco en el diablo, karma, aura, espíritus, alma, fantasmas, apariciones, Espíritu Santo, infierno, cielo, purgatorio, la virgen María, unicornios, duendes, hadas, brujas, vudú, horóscopos, cartomancia, quiromancia, numerología, ni ninguna otra absurdez inventada por ignorantes supersticiosos que no tenga sustento lógico, demostrable, científico ni coherente.

Red Atea

Red de blogs AteosMagufos, Blogs de escepticismo y ciencia

Buscar este blog

29 de junio de 2015

Otra vez a vueltas con las transfusiones de sangre y los Testigos de Jehová



Pasan los años, las décadas y casi los siglos y seguimos una y otra vez tropezando con las mismas piedras: esos desfasados privilegios religiosos heredados de nuestro más oscuro e ignorante pasado que se tratan de imponer aún a costa de la vida de los más inocentes, los niños.

Que a estas alturas de siglo XXI un hospital australiano haya tenido que acudir a los juzgados para conseguir que un pobre niño enfermo, necesitado de una simple transfusión sanguínea, no muriera dice mucho (y nada bueno) de este mundo supuestamente avanzado, aunque por supuesto sólo en la más frágil superficie. 

Que ningún país del mundo haya promulgado a día de hoy una ley que dictamine lo obvio, que cuando entren en conflicto el conocimiento científico frente a las "revelaciones" depositadas misteriosamente en algunos de los más evidentes enfermos mentales de los que se tiene conocimiento histórico, es del todo incompresible. 

Y que haya que discutir, una y otra vez, caso por caso, el derecho o no de unos padres carcomidos por el fanatismo religioso a inmolar a su hijo ante el respectivo diosecillo siempre ávido de sufrimiento y sangre humanas, es la prueba más palpable que poco hemos avanzado en este mundo permanentemente sometido a los delirios de quienes simplemente deberían estar tutelados por el estado y alojados en instituciones psiquiátricas para su propio bien y tranquilidad de los demás. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario