Quizás no haya nada más criminalmente irresponsable que esos
padres, que en el ejercicio de su prepotente ignorancia deciden no vacunar a
sus hijos porque supuestamente ellos, individuos que quizás son incapaces de
diferenciar un virus de una patata, creen saber más de medicina, epidemiología
o virología que esos miles de investigadores que tras arduos esfuerzos han
inventado una vacuna y de esos millones de médicos que día tras día intentan convencerlos
del peligro de enfrentarse a peligrosos patógeno con la única ayuda de una guía
de vida sana y un par de zumos de frutas.
Y
el reciente caso de Olot en donde unos padres contrarios a vacunar a su hijo de
6 años y partidarios de la medicina alternativa (la madre trabaja estafando en una "clínica" homeopática) ha hecho saltar todas las
alarmas médicas. El niño enfermo de difteria ha tenido que ser hospitalizado en
estado grave, intubado y con ventilación asistida. Y como esta enfermedad estaba
erradicada en España desde ¡1987! gracias a la vacunación, pues no había
disponible tratamiento alguno en Europa, de tal manera que las autoridades
sanitarias se han tenido que poner en contacto con sus equivalentes de medio
mundo y al final se ha podido encontrar unas dosis de antitoxina que han debido
ser enviadas de urgencia por valija diplomática desde Rusia.
Además se ha tratado profilácticamente a más de un centenar
de personas que han estado en contacto con el niño porque hay que recordar que
aunque las vacunas funcionan generalmente bien, a veces algunos de los
individuos vacunados no desarrollan la adecuada inmunidad y por tanto pueden quedar expuestos y no es momento de dejar nada al azar.
Ahora sólo hay que esperar que el inocente niño no muerta,
pero quizás sea hora de una reflexión. Cuando
el chaval se recupere felizmente, habría que sentar a los padres ante
una comisión sanitaria que les explicara detalladamente el esfuerzo de las diferentes
personas de medio mundo que se han implicado en el caso y el dinero total que
ha costado salvar la vida de su hijo. Después se debería obligar a los padres a pagar la factura de todos los gastos incurridos además de una buena multa. Y ya finalmente se debería
notificar a los servicios sociales para que se evaluara la capacitación de
estos irresponsables para seguir manteniendo la tutela del menor, porque en principio
muy aptos no parecen. Y si desgraciadamente ocurriera lo peor y el niño
falleciera, a estos padres se les debería hacer responsables de una muerte por
negligencia manifiesta y deberían acabar frente a un juez. Porque ya es hora de
que estos descerebrados sean responsables de sus alocados actos y asuman las
consecuencias de sus irracionales y peligrosas creencias.
Sin embargo,la Guardia Civil sí te denuncia si la sillita para el coche noestá homologada o no se pone tu hijo el cinturon...
ResponderEliminarHomicidio negligente, está claro. Esperemos que quede en grado de tentativa.
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