En temas de salud existe una sorprendente dicotomía, mientras
que en cuestiones físicas la medicina científica trata todas las dolencias
independientemente de su gravedad, en cuestiones mentales algunas de las más
evidentes enfermedades no sólo no son tratadas adecuadamente, sino que incluso
se consideran comportamientos normales o más llamativamente se definen como conductas dignas de admiración
y respeto.
Y el caso más evidente son por supuesto los delirios
religiosos, tema sobre el que he tratado prolijamente en este blog, con esos
pobres hombres y mujeres trastornados hasta la ofuscación más completa, que sin
embargo son fuente de inspiración y tributo para miles de millones de personas,
aún cuando por supuesto se da la sorprendente paradoja que los mismos
comportamientos dementes son elogiados si el pobre enfermo mental comparte religión
con uno mismo, mientras que sin embargo si las creencias del delirante paciente
son diferentes, por supuesto los acólitos de turno no tienen ningún problema en
identificar y hasta compadecer la debilidad mental del susodicho chamán,
profeta, beato, enviado celestial, santón o cualquier otra de las cientos de
variantes bajo las que se esconde la más dura y terrible enfermedad mental.
Pero hay también dentro de estas lagunas médicas un fenómeno
rara vez (o casi nunca) tratado por la psiquiatría moderna: los abducidos por
extraterrestres. Individuos que pregonan a los cuatro vientos sus relaciones,
viajes y hasta sus más profundas intimidades (por cierto, que fijación tienen
los alienígenas por explorar todos los orificios de los contactados) con
los habitantes de otros mundos, desde los ya clásicos hombrecillos verdes de Marte
o Venus, pasando por extraterrestres varios de la Vía Láctea y de mucho, mucho,
más allá; porque parece ser que la Tierra es un imán para estos extraños seres
capaces de desplazarse desde los confines más remotos de este inabarcable Universo
en el que vivimos (por cierto, que aburridos deben estar), simplemente para
dejar algunas marcas en campos de alfalfa o trigo, asustar a un par de pobres
vacas y media docena de ovejas y como no, para abducir a algunos de los más
simples miembros de esta particular especie de monos bípedos que poblamos la
Tierra. Por cierto ¿por qué será que las inteligencias extraterrestres, sean
éstas naturales o sobrenaturales, nunca se muestran en la sede central de
la ONU, en mitad del Zócalo mexicano, la Puerta del Sol madrileña, la "Trafalgar
Square" londinense, el distrito de Ginza tokiota o la Plaza Roja moscovita,
para mostrarnos todo su poder y dejar claro de una vez por todas sus
intenciones con la Humanidad?
Pues bien, siguiendo el viejo refrán castellano de
"dios los cría y ellos se juntan", contactados y abducidos de medio
mundo han decidido realizar una reunión anual que en su tercera edición se
celebró recientemente en la ciudad brasileña de Porto Alegre para compartir
experiencias y testimonios. Imaginen que oportunidad ha perdido la Asociación
Psiquiátrica Internacional para hacer coincidir su congreso anual con esta feria de
pobres alucinados y así obtener en vivo y en directo material suficiente para luego
poder realizar investigaciones, tesis doctorales y estudios durante todo el
siglo que queda y más allá.
Entre la legión de estos pobres individuos necesitados del
más profesional tratamiento psiquiátrico ha destacado con luz propia ¡agárrense
porque parece increíble pero es cierto! el
jefe de la policía militar del estado brasileño de Ceará, que ni corto ni
perezoso ha
declarado que alienígenas altos y rubios le "contactaron" hace tiempo y que en la actualidad es abducido por estos extraterrestres una
vez en semana. ¡Hay pillín! que lo tuyo más que un secuestro ya se podría
considerar casi de una relación estable, porque parece que le has cogido gusto a
las sondas anales (no sabemos si realizadas con instrumental avanzado o por
medios más naturales, directamente administrados por los tiarrones rubios de la
galaxia de Andrómeda que parece que te tienen mucha afición).
Pero eso sí, este pobre demente ahí sigue, dirigiendo
un contingente armado de unos 15.000 policías encargados de velar por la
seguridad de 9 millones de brasileños, sin que ningún profesional médico asuma
su responsabilidad y retire a tan evidente enfermo mental de sus más que
delicadas tareas directivas.
P.D.
Yo personalmente en temas de extraterrestres me quedo con Natasha Henstridge:
A día de hoy, año 2018 de nuestro señor Espaghetti Volador, ¿conoces sobre algún cuarto o quinto o sexto foro acerca de ''abducidos'' por alienígenas? De ser así, pues que risa y que espanto el hecho de vivir con gente así porque yo, que no soy ningún bastión de la virtud ni de la industriosidad, tengo que decir que en caso de discutir con una perosna así es necesario comprobar como es debido qué tan verdadero es lo que afirma acerca de aliens.
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