Aunque parezca mentira en multitud de ocasiones podría
parecer que en esta sufrida España estuviéramos todavía viviendo en el oscuro e
ignorante siglo XIII y no en el supuestamente avanzado siglo XXI.
Porque sólo hay que escuchar que el
ayuntamiento de Málaga ha decidido conceder, de la manera más ignorantemente
estúpida la Medalla de la Ciudad, la máxima distinción municipal dedicada a
“premiar o reconocer méritos extraordinarios que concurren en personas, entidades o corporaciones”
a nada más y nada menos que a un estatua de escayola que
representa al siempre torturado y demente judío alucinado que adoran millones
de pobres ignorantes de medio mundo.
Y a mí, dentro de mi siempre racional (pero perversa a
los ojos de los estúpidos de siempre) mente
me surgen dos preguntas. La primera es ¿qué tipo de mérito ha podido realizar
un trozo de escayola por los malagueños aparte de servir de excusa para aligerar
los bolsillos de los siempre incautos cristianos? Y la segunda es si el
idiotizado alcalde de la ciudad (que ha aprovechado el último pleno antes de
las elecciones para perpetrar semejante estupidez) considera que la estatua es
una persona, una entidad o una corporación.
Y lo peor de este tipo de decisiones que deberían no sólo
incapacitar para cargo público a estos mentecatos alcaldes, sino que deberían
poder servir de prueba para tutelar por los servicios sociales a estos pobres
ignorantes que muestran tan palpablemente su debilidad mental, es que no sólo
los perpetran políticos del PP, sino que se extienden por todo el espectro
político, ya que en otro pueblo andaluz la coalición formada por socialistas e
IU ha tenido la desfachatez (con el apoyo de todos los concejales de otros
partidos) de nombrar alcaldesa perpetua y honorífica a la virgen de turno
porque según estos débiles mentales
“la Virgen vela por su pueblo como vela y trabaja una alcaldesa”Teniendo en cuenta la palpable estupidez del consistorio del pueblo, parece que no se necesita mucho para superar en dedicación a seres que muestran estar por debajo de la inteligencia de un mandril o un ratón de campo.
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