La religión, con su explosiva mezcla de ignorancia, fanatismo e irracionalidad es quizás la manera más rápida y efectiva de convertir a un individuo en principio pacífico y sumiso en un monstruo capaz de las más terribles acciones.
Y el último ejemplo nos viene del medieval Afganistán, en donde una turba de piadosos musulmanes linchan salvajemente en pleno centro de la capital a una pobre mujer deficiente mental acusada del "horrendo" delito de haber quemado un ejemplar del Corán. Después los criminales energúmenos quemaron el cuerpo y arrojaron sus restos al rio. Y sin embargo queda un poco de esperanza en ese atrasado país ya que algunas valientes mujeres han desafiado este clima de terror y han recogido el cuerpo de la infeliz y lo han enterrado.
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