La iglesia católica es siempre un pozo de sorpresas. Lleva
siglos con su mentirosa propaganda sobre la humildad, la pobreza, lo espiritual
y demás vacuas palabras sólo aptas para continuar engañando a los más simples
de nuestra especie mientras por otra parte atesora riquezas sin límite, unas
veces a cara descubierta y muchas otras de la manera más oscura.
Y el último ejemplo es el Instituto de Religiosas de San
José de Gerona, congregación dueña de colegios y clínicas privadas en varios países,
que de atender gratuitamente a los pobres nada de nada, y que pertenece a ese
exclusivo y delictivo club llamado la Lista Falciani de defraudadores,
evasores de divisas y delincuentes varios que esconde su dinero (en este caso 9
millones de euros ¡mira que ahorradoras son las monjitas!) en Suiza.
Y ¿cuál ha sido su reacción ante este vergonzante
comportamiento? Pues no se crean, nada de arrepentimiento, humildad ni ninguna
de las supuestas virtudes que como buenas cristianan tanto preconizan. Su
portavoz ha dicho que eran cuentas de liquidez para sus "proyectos" y
que como no pagan impuestos en ningún sitio pues que tienen el dinero donde
mejor les parece.
Así que ya ven, negocios bajo el paraguas de la religión y
libres de impuestos. ¡Menudo chollo!.
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