Pues sí, como si de una novela del siglo XIX se tratara, a día de hoy los pudorosos misioneros adventistas difunden la "palabra" de su señor (diferente por supuesto a la de católicos, anglicanos, ortodoxos, coptos y demás infinidad de sectas cristianas, es que parece que el pobre nazareno no se expresó nada bien y sus seguidores llevan a la greña más de 2.000 largos años por sesudas disquisiciones teológicas ininteligibles para el resto de los mortales) entre las tribus perdidas del Amazonas.
Y siguiendo fielmente la pacata, estrecha y enfermiza mentalidad cristiana, pues quieren que los "salvajes" no vayan por la selva mostrando sus partes pudendas y se cubran adecua y pudorosamente, puesto que parece que eso ofende mucho al diosecillo de los cabreros judíos.
Y además como esas tribus perdidas no han tenido contacto alguno con el hombre "civilizado" pues existe una alta probabilidad que cualquier visitante les contagie una de las miles de enfermedades que hemos ido desarrollando a lo largo de nuestra carrera (in)civilizadora y acaben exterminados por la más mínima gripe o sarampión. Pero claro, si en su agonía abrazaran la sagrada cruz, dejando de lado a sus erróneos dioses, pues no importaría nada (que los designios del señor son inescrutables) porque ya todos sabemos que lo importante no es esta vida, sino alcanzar la dicha eterna tocando la lira en compañía de ángeles, tronos, serafines, querubines, arcángeles y demás seres alados (y asexuados) que pueblan el aburrido cielo cristiano.
Y además como esas tribus perdidas no han tenido contacto alguno con el hombre "civilizado" pues existe una alta probabilidad que cualquier visitante les contagie una de las miles de enfermedades que hemos ido desarrollando a lo largo de nuestra carrera (in)civilizadora y acaben exterminados por la más mínima gripe o sarampión. Pero claro, si en su agonía abrazaran la sagrada cruz, dejando de lado a sus erróneos dioses, pues no importaría nada (que los designios del señor son inescrutables) porque ya todos sabemos que lo importante no es esta vida, sino alcanzar la dicha eterna tocando la lira en compañía de ángeles, tronos, serafines, querubines, arcángeles y demás seres alados (y asexuados) que pueblan el aburrido cielo cristiano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario