Aunque algunos se empeñen en vendernos la regeneración de la
iglesia católica, esta institución sigue anclada en el más tenebroso pasado y
para muestra un par de ejemplos.
El
primero como siempre ligado al fascismo más puro ya que en el último
homenaje franquista realizado en este vergonzante país, un cura de los de antes
ha rezado un Padrenuestro y un Ave María dedicado a la Virgen del Pilar para
pedir que
“en el cielo estén gozando todos nuestros caídos y Onésimo Redondo"
por supuesto sólo los criminales guerra fascistas. Y terminó
con un terrible
“Caídos por Dios y por España, ¡Presentes! y ¡Viva Cristo Rey!”
Símbolos del genocidio fascista. Pero eso sí que quede claro
que en la iglesia católica todo es amor y bondad.
Y el segundo una muestra de prepotencia medieval, con un
arzobispo mostrando esplendoroso su poder como un
celebrante de carnaval.
Observen las beatíficas y porcinas caras de los sotanados
que acompañan al orgulloso anciano senil,
más contento que un tonto con una tiza cual una reinona de
la fiesta de celebración del orgullo gay con su capa de seda de 7 metros
valorada en varios miles de euros, pero que importa si eso da esplendor a este
humilde representante de esa iglesia pobre y siempre comprometida con los más
necesitados.
¡Que le den por el culo a Dios!
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