Hace unos días el Instituto Nacional de Estadística publicó los
datos sobre emigración de los últimos
años y la lectura no puede ser más pesimistamente descorazonadora.
Dejando aparte que cientos de miles de extranjeros abandonan
nuestro país para volver a sus respectivos lugares de origen o desplazarse a
otros países con mejores perspectivas, lo preocupante del caso es que cada vez
más españoles hacen sus maletas y se van al extranjero en busca de una vida que
España es incapaz de ofrecerles. Y tal y como muestra el siguiente gráfico
la situación lejos de estabilizarse presenta un incremento
acelerado en los últimos años, con el resultado final de un flujo de más 110.000
españoles que han abandonado el país en el último lustro.
Y hay que recordar que muchos (si no la mayoría) de ellos
son jóvenes con estudios superiores, para los cuales el estado español y la
propia sociedad han invertido mucho tiempo y dinero en forma de sanidad y
educación públicas y que muy desgraciadamente al final emigran a otros países a
desplegar sus capacidades, naciones que generalmente son más ricas y están más
desarrolladas que España.
Por todo ello, el resultado final es el empobrecimiento
tanto económico como social por esta sangría de nuestros más preparados
jóvenes, despilfarro laboral que no puede permitirse de ninguna manera un país
como España, si de verdad queremos llegar a ser una verdadera nación
desarrollada. Y mientras tanto nuestros obtusos gobernantes patrios siguen loando obcecadamente
(con esa mezcla de prepotencia y estulticia que les caracteriza) las "ventajas" de que nuestros jóvenes se marchen al extranjero a trabajar por el progreso de Alemania, Suiza, EEUU o Inglaterra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario